domingo, 4 de junio de 2017

¿Dónde están los valores?

En diversas ocasiones me han sugerido entrar a la política y hacer una carrera pública. Y es algo que me habría interesado por mi sincero deseo de contribuir a la ciudad y mi evidente sentido social. Sin embargo cuando uno mira cómo funciona la política y sin ahondar mucho, uno ve que hay muy poca coherencia entre lo que se dice y se hace, así como la distancia entre el compromiso y el ego, donde no existe la palabra respeto y es más importante ver cómo hacemos quedar mal al otro, que cómo aportarle al país, y es ahí donde yo cierro esa puerta y mejor continuo trabajando desde mis proyectos por dar lo mejor de mi a una sociedad que no se para dónde va.

Pues bien, hoy mi reflexión no es de política, porque ese tema trasciende y permea en el día a día. Criticamos mucho a los  políticos, pero no nos miramos al espejo.

No es sino observar nuestro alrededor y ver las publicaciones en redes. Mas allá de lo que allí se escribe, lo que eso refleja es increíble. Se pide y exige paz siendo agresivos en las expresiones. Se crítica hasta la belleza de otros, cuando la persona que escribe es totalmente hecha en un quirófano, y si alguien es cuestionado, la respuesta es desviar el cuestionamiento hacia otro, no se si por evadir responsabilidades, como terapia de intento de auto convicción o simplemente porque nos acostumbramos a buscar a quién hacerle daño.

Afortunadamente en mi vida han pasado personas muy bellas, y me doy el lujo de decir que tengo verdaderos amigos. Una bendición que no todos tienen, y creo que es resultado de la honestidad de mis sentimientos con los que me rodean, aun para quienes no quiero desde el fondo de mi corazón.
Sin embargo, en el camino me encuentro con algunos seres humanos que no entiendo.

Siempre he dicho que si reforzamos la educación con el valor del respeto, son muuuuuchos los problemas sociales que podrían llegar incluso a desaparecer. Pero aun en las personas que uno quiere y cree admirar, se sorprende como a veces se les olvida lo que esa palabra significa. ¿por qué es tan difícil reconocer y asumir nuestros propios actos? ¿por qué para tanta gente es tan difícil ser coherente el pensamiento con lo que hace?

Todos tenemos máscaras, y me incluyo. No somos los mismos en el ámbito laboral, que personal, por poner un ejemplo. Pero me atrevo a decir que son pedacitos de nosotros mismos. Tampoco voy a decir que nunca he dicho una mentira o que en algún momento mis actos no han tenido alguna intención. Eso sería igualmente falso, pues como siempre he dicho, la objetividad absoluta no existe, y la comunicación es el arte de la manipulación. Pero, ¿Dónde están los valores? ¿dónde está la ética?

Así como estoy rodeada de gente bella, y así viva sola no me siento sola, si me pone a pensar algunas personas que han logrado tocarme, a las que les he abierto el corazón del amor, de la amistad o del compañerismo profesional, y que aparentan ser algo muy diferente a lo que son.

Insisto, no me cabe en la cabeza como alguien premeditadamente piensa en cómo hacer para hacerle daño a otra persona, y aunque en muchos casos con el tiempo me han buscado para expresar sus disculpas, quedan los aprendizajes, así como la desconfianza.

De todo se aprende, todo pasa por algo, dicen. 

Lo que si tengo claro es que jamás dejaré de ser quien soy, un libro abierto para ser escrito con quien quiera construir, y así me tropiece, nunca me arrepentiré de las decisiones tomadas y de las personas amadas, pues se que mis decisiones (así me equivoque) son a consciencia y teniendo claro que nunca en mi corazón está la idea de pasar por encima de nadie. Por qué y para qué, si todos somos iguales.

Hace muy poco pasó por mi vida alguien a quien le agradezco muuuchas cosas. Le agradezco amor, fortaleza, abrazos cuando los necesité y mucho más. De verdad que aun hoy siento que fue un ángel que llegó a ayudarme en un momento complejo de mi vida. Un ángel, digo, un atributo grande para cualquier ser humano. Como dije antes y es algo que todos me dicen, por algo pasan las cosas y por algo llega la gente a nuestras vidas.  

Pero este ángel dejó ver su lado oscuro. Demasiado oscuro, tanto que aun no se si es cierto todo lo que me mostró. Fueron tantas y tan graves las mentiras que ni me dolió su partida. Y desde ese día que se rompieron las máscaras no volví a saber de él. Sin embargo, el mundo es un pañuelo y las historias vuelan con el viento y de alguna manera el mismo o su almas cercanas se encargaron de contarme o que dice para justificar y disfrazar su actuar. Hoy, pasados los días y oyendo la historia de otra amiga recuerdo el cuento y no se si eso me da tristeza, desconcierto o simplemente no lo creo.

Como comencé este texto de catarsis, y reflexión que ojalá a alguno ponga a pensar, hay personas que son una en redes sociales, criticando lo que podría ser su propio espejo. Y esta personas es una de ellas, que en sus cuentas es absolutamente crítica y hasta agresiva con los actos de políticos deshonestos, de quienes no son leales ni con el pueblo, ni con ellos mismos,  pero es capaz de usar información personal que conoció poro la confianza y cercanía, en unos contextos específicos, hablando de mi hijo y de lo que he vivido en mis malos momentos, para desviar la atención de sus decisiones, sus actos y todo lo que planeó no solo a conciencia, sino con empeño. No entiendo.

No se como vamos a cambiar el estilo de política de nuestro país, ni el compromiso de nuestros líderes. Pero si deberíamos empezar por apropiarnos de nuestras propias vidas, de trabajar en lo que somos y que criticamos por fuera, porque solo con el ejemplo iremos transformando nuestras esferas. 

Por lo que me toca, en lo personal, le recordaré con gratitud por lo que fue, por lo que creí sincero. No voy a dejar de ser yo, por el daño de un tercero.







No hay comentarios:

Publicar un comentario